martes, 13 de julio de 2010

La Impotencia conduce a la barbarie

Finalmente, la prepotencia, la arrogancia y la soberbia que caracterizan a David Guzmán Sagredo, salieron a flote durante el Cuarto Informe de Actividades de Adela Hernández Angelito, como Secretaria General de la Sección 24 del SUSPEG, a donde el pasado jueves llegó con una gavilla de malhechores a irrumpir en una festividad a la que no estuvo invitado.

En un acto premeditado, una turba de bandoleros y porros, asaltó el acto solemne que marcó el fin de la administración de Hernández Angelito, encabezados por un cacique suspegista, como lo es David Guzmán, que vomitaba groserías y arengaba a la batalla campal a sus correligionarios, poniendo en riesgo la integridad física de casi un millar de trabajadores municipales.

A empellones, patadas, manotazos y amenazas, rompieron el cerco de seguridad del propio Centro Internacional Acapulco (CIA), muy al estilo del salvajismo ramplón que se niega a dejar las riendas del Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG), alcanzando la mesa de honor, que encabezaba Héctor Acevedo Rivera, Secretaria General suspegista, robando papelería oficial que serviría para la elección del nuevo secretario general de esa sección que cotiza en el Ayuntamiento de Acapulco.

Tal grupo de desequilibrados sociales, que se niegan a respetar las leyes, David Guzmán y Florencio Calixto Galeana alias el Mamut, Orbelín Guerrero Lucas alias Santa Anna, Miguel Reducindo alias el Comejen, Sotero Jaimes, Ramiro Añorve, Fernando Fabián alias La panocha, Esteban Hernández Arellano, Alberto Balanzar alias El Boticario, expulsaron a parte de la mesa de honor, como a la secretaria de Turismo del municipio de Acapulco, la ex diputada local Jessica García Rojas, quien asistió al evento como representante personal del alcalde porteño, Manuel Añorve Baños.

Ante la imprudencia y la barbarie mostrada por el grupo de choque, Acevedo Rivera permaneció sobrio, como todo político maduro, llamando a los suspegistas a la cordura y a no caer en la provocación, pues, al grito de “¡fuera!, ¡fuera!, ¡fuera!, ¡espurio!, ¡corrupto!, ¡entiende, el suspeg no se vende!, seguidores de Acevedo ya blandían espadas para responder a la agresión perpetrada por David Guzmán Sagredo y sus secuaces.

Asediado por las consignas en su contra, repudiado por la base e ignorado por Acevedo Rivera, Guzmán Sagredo se resguardó en sus pistolas. En su primitivismo político para sobresalir en una asamblea general, que pintaba para una festividad sin contratiempos. Pero la barbarie política desatada por un hombre necio, insulso e ignorante de las leyes, convirtió la festividad en un mercado verdulero, donde sobresalió la impotencia jurídica que tiene Sagredo, para sobreponerse al nock out propinado por su adversario electoral, Héctor Acevedo Rivera.

Quedó demostrado, que el verdadero político es Héctor Acevedo, quien supo imponerse a la circunstancia y giró instrucciones para que la elección se realizara sin ningún retraso. Aunque el ambiente tenso prevaleció, el grupo mayoritario de Héctor Acevedo Rivera, lució optimista y jovial, pues sabían que el Secretario General había encauzado correctamente la elección, al conceder a David Guzmán la encomienda de entregar las boletas electorales, que momentos antes habían arrebatado a la Comisión Electoral, a los suspegistas votantes. “Alguien tiene que hacer la chamba”, comentaron entusiastas los riveristas.

Desvergonzado, como muchos otros que pululan en el SUSPEG, David Guzmán mostraba su rabia al no concretar su pretensión: reventar la sesión plenaria de la sección 24 e imponer a Esteban Blancas, como sucesor de Adela Hernández. Para eso llegó hasta el CIA. Pues su plan era amedrentar para condicionar el cambio de secretario general. Con lo que no contaba, fue que sus actitudes gangsteriles y vandálicas, provocaran la molestia entre los suspegistas y que la reacción fuera de repudio, desprecio y hasta desaire hacia David, pues finalizada la elección, tuvo que marcharse con la cuarentena de invasores, sin recibir una palabra de aliento.

El ganador, que obtuvo 418 votos, Fernando Castrejón destacó la madurez política de Héctor Acevedo Rivera y ensalzó su capacidad para imponerse como verdadero líder del SUSPEG. “Tiene la capacidad, el liderazgo y la actitud de un líder con carisma para superar las circunstancias y encaminar por la vía de la concordia y el diálogo, a una clase trabajadora que está ávida de líderes como Héctor Acevedo, que resuelva sus demandas y responda a sus necesidades”.

Esteban Blancas representante de la planilla blanca, fue el menos favorecido con 225 votos, mientras que Jorge Luis Ortìz de la planilla roja obtuvo 247 votos, pero ambos, reconocieron en Héctor Acevedo, a un líder prudente y capaz.

Finalmente, Héctor Acevedo Rivera reiteró que encabeza un Comité Central de hombres capaces, comprometidos con la base trabajadora y alejada de caprichos personales. Reiteró que mantendrá una política de diálogo, para que pueda arribarse a la concordia y evitar hechos “bochornosos” que sólo denigran la calidad del sindicalismo suspegista.

Al ritmo de “¡Viva Héctor!”, “¡Acevedo, Acevedo, no es grosero como Sagredo!”, los más de 700 suspegistas que presenciaron la validación de la elección de Héctor Acevedo Rivera, como Secretario General del SUSPEG, y luego de la respectiva toma de protesta, apapacharon con abrazos y saludos a quien encabeza una administración plural e incluyente.

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